Tuesday, February 2, 2010

¿Te han coqueteado?

******¡Ah, llevaba ya tanto tiempo queriendo escribir este artículo! Pero ¿qué mejor que hacerlo ahora, que se acerca el 14 de febrero?*******

Pongamos una situación hipotética: Estás sentado en una banca, de la facultad, por ejemplo, discutiendo no muy acaloradamente con tus compañeros sobre el ser, la nada, el racionalismo y otras palabrotas, cuando de repente pasa frente a ti una chica (no nos detengamos en si es guapa o... no), caminando como por pasarela (aunque sin mucho estilo) al tiempo que lleva a su boca una enorme paleta con forma de corazón y te mira de reojo por una fracción de segundo.
¿Qué habrá significado ese gesto, esa conjunción de gestos? ¿Acaso estaba esa chica coqueteando contigo? ¿O con tu amigo que estaba al lado de ti? ¿O con tu amiga? ¿Coqueteaba con tus amigos para que te percataras de que estaba ahí? (Bien paranoico el asunto).
Tal vez en realidad no pasó nada, pero los seres humanos ya nos acostumbramos a las señales, a producirlas y a interpretarlas. Entre esas señales están las del coqueteo...
¡Ay, que cursi, que cursi tema! Y sin embargo se ocupo de él en un breve ensayo titulado La coquetería, el bueno (ajá) de Georg Simmel. Resumiendo libremente dicho ensayo: la coquetería es una forma de "hacer parecer la obtención del objeto [en el caso de Simmel, éste sería la mujer, la cual utiliza todas las artimañas a su alcance para presentarse así] como algo valioso y deseable."  La coquetería es un juego entre las posibilidades de dejarse o no dejarse conquistar, repito: como objeto, "porque la relación de la mujer con el hombre, por su sentido específico e incomparable, se agota en la entrega y en la negación... Las mujeres son maestras en el decir no y decir sí, en la entrega y en la negación. Ahí culmina el rol sexual, asignado al elemento femenino ya en el reino animal: ser el que elije."
Mujeres, maestras de la ambigüedad. Libres solamente en lo que dura ese estira y afloja de la coquetería, cuando todavía no pertenecen a un hombre. Todo se acaba en la elección. Y claro, debe llegar el momento de elegir, porque la mujer, ser subjetivo, no puede vivir sin la direeción, sin la guía de un hombre, el objetivo (ajá).
Pero no quiero detenerme en este debate, porque arruinaría lo que tengo preparado para hoy. Además, yo creo que tanto hombres como mujeres hacemos uso de ese juego de darnos a desear. Si no me creen tan sólo vean la miradita coqueta de Howard... mmm, ok, no es un buen ejemplo, pero saben a que me refiero.
Bien, el ensayo de Simmel me ha inspirado para diseñar el siguiente test, para que te enteres cual es la personalidad de las mujeres que coquetean contigo, o que tipo de coqueta eres.
(Recuerden, todas las situaciones abajo listadas son hipotéticas... enjoy!)



1. Estás en un bar o café (seré benevola en esta), detectas a una chica muy atractiva, cuando ella se da cuenta que la miras:
a) Parece un poco incómoda, pero igual te mira y hace como que se concentra en algo más, como en la carta, siendo que apenas le han llevado el café. De repente te lanza algunas miradas, pero no sonríe.
b) Te mira una sóla vez sonriendo y se acerca a tu mesa... para platicar con tu amigo. 
c) Te lanza un par de miraditas y sonríe, mientras platica con sus amigas.
d) Hace un gesto de fastidio y trata de no mirarte. Como la sigues mirando se levanta de la mesa y va a pagar su cuenta.

2. Te acercas a platicar con ella y...
a) Aunque parece divertirse e interesarse por lo que dices, te cuesta mucho trabajo sacarle cualquier información acerca de ella. Se hace la interesante.
b) No es necesario, ella ya se acercó y sigue platicando "con todos menos contigo"... pero no deja de  sonreírte de vez en cuando.
c) Te presta muchísima atención, parece encantada con la conversación pero en nada está de acuerdo contigo.
d) Sigue la misma historia: se levanta, te ignora y se va... casi corriendo

3. Te decides a invitarla a salir...
a) Antes de que le puedas decir cualquier cosa ella como presintiendo lo que sigue, te dice que ya se tiene que ir. Pero como le has caído tan bien te deja su teléfono "por cualquier cosa". 
b) Claro que le encantará ir, es su lugar fa-vo-ri-to, te abraza y les dice a sus amigas "¿ya supieron a donde nos invitó el sábado?" y te lanza una sonrisa pícara.
c) Ella te lo agradece mucho, pero no está segura, tal vez tenga algo que hacer ese día y... pero sí, le encanta ese lugar, no sabe... bueno sí, pero sólo va a poder estar un ratito. A la mera hora te llama y te dice muy apenada que siempre no.
d) Si la alcanzaste en su carrera lo más probable es que te diga como mínimo que te alejes de ella. Tal vez te lance gas pimienta.

4. Por fin, logras concretar una cita (digamos un paseo):
a) Eso que parece una escucha atenta, lo sientes como falta de interés. La mujer esta como en otro mundo, y termina desesperándote
b) Dirige la platica a su terreno, te habla de todo lo que ella hace, haciendote notar todo lo que TÚ no haces o no podrias hacer.
c) Bromea mucho y parece dirigirlo todo a la dimension amistosa. cabe destacar que no se arregló demasiado para verte
d) La viste a lo lejos. Cuando ella se percato de que estabas por ahi, se espantó y se fue corriendo. Más tarde, supiste que hablo con la policia... acerca de tí.

5. La decisiva... Por fin, después de muchos difíciles intentos llega el día: ya la tienes en la cama, dispuesto a hacer todo lo que tus instintos más animales te indican; ella resulta ser:
a) Una teaser
b) Una teaser
c) Una teaser
d) Un sueño... literalmente 


Mayoría de a: La coqueta aduladora, "podrías conquistarme, pero no lo voy a permitir".
No te creas esa. Ya caerá, sólo esfuerzate un poco más.

Mayoría de b: La coqueta despreciativa "me dejaría conquistar, pero tú no eres capaz".
Auch, eso duele. Supongo que no vale la pena explicar esta postura. Aplícate o quedarás como un completo loser.

Mayoría de c: La coqueta provocadora, "quizá puedas conquistarme, quizá no, ¡inténtalo!"
Ésta a mi parecer es la más divertida, no sé uds. que opinen. Para los que no le tienen miedo a un juego que quizá sea interminable.

Mayoría de d: No sé en que estabas pensando, pero ellas no coqueteaban contigo.
Lo mejor que puedes hacer es 1) alejarte de ese tipo de mujeres, 2) arréglate muchacho, a (casi) nadie le gustan los vagabundos, muestra un poquito más de personalidad, 3) eres tan insistente que das miedo, aguas con eso...¡las mujeres huyen de tí!

Me preguntó... ¿cuál de todas ellas le tocó a Simmel?




¡Besos!

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