Monday, August 24, 2009

Terminator: la técnica y la humanidad


Al final no fueron los rojos, ni los musulmanes. Tampoco fueron los inmigrantes mexicanos. No fue ninguna nación enemiga de Estados Unidos la que desato el día del juicio. No, en el universo de Terminator aquel, o aquello, que desato la fuerza más poderosa y destructiva que el ser humano ha tenido a su alcance en su historia como especie fue nada más y nada menos que otra invención humana, un programa de computación que adquirió conciencia de sí mismo y al ser parte de la maquinaria de guerra estadounidense desato el infierno nuclear.

Dejando a un lado todos los problemas que implican los viajes en el tiempo que se ven en la saga de Terminator y que llevan a que John Connor conozca a su padre cuando este último tiene trece años de edad y el primero unos treinta o cuarenta años, le proteja para que crezca y lo pueda mandar al pasado a que salve a su madre de ser exterminada por una maquina que manda Skynet para que Connor, el líder de la resistencia, nunca nazca. Fuera de eso, las películas de la saga traen consigo toda la paranoia y el miedo que se puede tener hacia la técnica. En Terminator, y más claramente en esta última película, “Terminator: salvation”, se observa como ese poder que se tiene para transformar y dominar el mundo se convierte en entidades físicas totalmente independientes de la voluntad humana y que amenazan la misma existencia humana.

La última guerra del ser humano es contra la técnica que está más allá de su control, irónicamente la única manera de hacerle frente a esta fuerza que busca la aniquilación de la especie humana es con ella misma, es decir, solo con la técnica se le puede hacer frente a la técnica. Los hombres que conforman la resistencia y que buscan sobrevivir sólo pueden defenderse de las maquinas exterminadoras de hombres con rifles, bombas, aviones, telecomunicaciones y llegado cierto punto poniendo a su disposición esas mismas maquinas, que originalmente le atacaban, modificando su programación.

La guerra de exterminio que emprende Skynet contra la especie humana amenaza a todos los sobrevivientes del holocausto atómico, a todos los seres humanos. Pero estos no le hacen frente como un bloque único, dentro de la sociedad humana en medio de una guerra por sobrevivir salen a relucir las diferencias entre cada ser humano en su modo de actuar con lo que puede verse al ser humano en todos sus matices. Unos luchan y otros no; se establecen relaciones interpersonales de amistad y de amor y otros buscan satisfacer su apetito sexual a toda costa con cualquier mujer que se encuentren y en contra de su voluntad. La vida humana en sociedad sigue siendo igual de variada, entre el conflicto y la fraternidad como en esa situación límite como en cualquier otro momento de la historia.

La pregunta por la naturaleza humana se hace con la aparición de Marcus un convicto condenado ha muerto cuyos órganos parecen haber sido puestos en una maquina, como parte del gran plan de Skynet para matar a John Connor. Marcus tiene un cuerpo totalmente mecánico pero conserva su corazón y su cerebro. En su relacionarse con el mundo parece más bien un ser humano y si bien es en cierta medida manejado por Skynet la mayor parte del tiempo para hacer caer a Connor en una trampa finalmente ayuda y lucha en contra de las maquinas. En algún punto de la película se dice que la diferencia entre los seres humanos y las maquinas es que los primeros entierran a sus muertos, finalmente si Marcus hace caer en la trampa a Connor es por su actuar humano que sobrepasa las capacidades de programación de Skynet. ¿Es necesario el cuerpo para ser humano? ¿O solo es a partir de ciertas capacidades que se adquiere tal nombre y rango entre la naturaleza? El hecho de que el hombre pierda un brazo no significa que deje de ser hombre, y sucede lo mismo con un corazón artificial.

Las maquinas de Terminator tal vez tengan inteligencia artificial, pero finalmente responden a una teleología, y de hecho la única que escapa de esa teleología es Skynet que no es más que un programa de computación y lo único del lado de las maquinas que parece tener conciencia de sí mismo. En otras películas como A.I. Artificial Intelligence, esa película que Stanley Kubrick no pudo realizar debido a su muerte, el personaje principal es un androide con apariencia de niño es programado para desear y de alguna manera amar desatando todo un viaje en búsqueda de ser un niño real para que su mamá lo acepte. Sin embargo el androide interpretado por Haley Joel Osment, no escapa de su programación para amar. El androide más interesante en este aspecto es el que interpreta Robbie Williams en El Hombre Bicentenario basado en una historia de Isaac Asimov. Este androide, a partir de su estado original, de su programación inicial termina desarrolla todas las capacidades humanas para relacionarse con otros seres humanos y es capaz de crear y hacer cosas más allá del fin para el cual fue hecho, una visión más optimista de la técnica que la ofrecida por Terminator más en el humor de las secuelas y los miedos de las dos guerras mundiales del siglo pasado y la guerra fría.


8 comments:

  1. Al final de cuentas, para el humano, no creo que sea tan difícil aceptar algo que razón y que no sea humano, tampoco creo que le tenga miedo a algo que tenga conciencia de si...todos estos adelantos tecnológicos se darán y los aceptare, ese no es el problema, lo que tiene miedo el ser humano es que todas estas características lleven a la maquina a tener voluntad...y eso ¿Sera lo que nos hace humanos?

    ReplyDelete
  2. Párrafo 5... pregúntale a Descartes.
    Voluntad... ¿será eso? el hombre bicentenario la tenía y sí, da miedo pensar que ya no haya forma de diferenciar un ser humano de una máquina...
    Recuerdo uno de los cortos del Animatrix que (bueno, ya ven que soy muy suceptible) presenta una imagen de unos hombres golpeando a una mujer tanto que llegan a desgarrarle la piel... y debajo se ve su roboesqueleto, por llamarlo de alguna manera. En ese momento me sentí confundida, me molestó la brutalidad del hombre y la indefensión de la máquina, pero sin su imagen "humana" seguro lo pasaría por alto.
    En realidad es difícil decir que es lo que nos hace humanos, o mejor aún que hace que algo sea ese algo y no otra cosa. ¿Cuáles son los límites? ¿Hasta dónde se puede llegar en un proceso de deshumanización, si es que ese es posible? O al contrario, de humanización.
    Jaja, ni siquiera me explique bien, pero Mr. Roboto, que buen post, y que buena música.

    ReplyDelete
  3. Jajajajaja, esto se puso muy de ciencia ficción pero pues son los que más reflexionan sobre estas cosas. Creo que de voluntad propiamente dicho solo se puede hablar de ella en El hombre bicentenario y en Skynet, y bueno pues son los extremos uno se convierte en una parte armonica de la sociedad y el otro pues destruye el mundo. En David, de I.A. no se si propiamente se le pueda llamar voluntad, bueno más bien no sé si se le pueda llamar libre a su actuar.
    Lo de animatrix es otra cosa son finalmente maquinas que no superan su teleología, que finalmente la tienen al igual que los T-1000 y demás maquinas en Terminator. Skynet y el hombre bicentenario rompen con su teleología.
    Y bueno viendo nuestra voluntad y lo que el hombre puede llegar a hacer, es natural que se tenga miedo a algo con las mismas capacidades para la creación y la destrucción.

    ReplyDelete
  4. El corto al que se refiere montse tiene mucho de eso, sobre todo al final, cuando los robots que fueron desterrados de la sociedad "humana" crearon su propia forma de vida, encontraron forma de alimentarse, desarrollarse, fueron creando maquinas más fuertes, y después volver y destrozar cruelmente a los seres humanos, ocupando su lugar y transformando la tierra a placer.

    ReplyDelete
  5. Creo que Danés diría que la unidad razón-voluntad-sensación además de la capacidad de amar y ser falibles es lo que hace al hombre lo que es.

    Sin embargo, me pregunto si en algún momento se llegará a programar algo tan complejo y bien hecho como un cuerpo humano.

    En cuanto a las estructuras lógicas, aunque estoy muy poco informado, los que trabajan actuamente en robótica utilizan programas como el PROLOG en el cual se puede, entre otras cosas, establecer clases de atributos (miembros de familia, amigos, conocidos, desconocidos) y asignarles valores no ya de verdadero-falso, sino de bueno-malo. Bastante interesante, ¿no creen?

    ReplyDelete
  6. Lo de Matrix se me hace muy en la linea de Terminator, y ambos muy en la linea del nihilismo tecnológico y todo el poder que representa la técnica.
    Duplicar el humano ya se hace en gran medida, y no se está tan lejos de hacerlo al menos en función a reemplazar organos y extremidades humanas. De ahi a crear un ser como el humano pues habrá que ver... lo más complicado probablemente sea el cerebro.
    Y si es bastante interesante lo de la asignación de valores bueno-malo aunque sigue siendo esa lógica binaria... mmm... interesante

    ReplyDelete
  7. Alguien ha visto battlestar galactica?

    Es una guerra entre humanos y cylons (robots), la serie es acerca de la segunda guerra, ya que hubo una primera guerra 40 anios atras.
    Los Humanos adoraban a varios Dioses, mientras que los Cylons adoraban, si leyerons bien, adoraban a un solo Dios. La batalla al parecer era eterna, y los Cylons eran tan evolucionados que parecian humanos en todos los aspectos...
    Es una seria genial, y muestra de cierta manera los problemas con que el ser humano se enfrenta, tanto la falta de recursos, problemas teologicos, y racismo. Otra forma de ver la batalla de la humidad contra las maquinas

    ReplyDelete
  8. Anda, por eso dicen que la evolución religiosa va del Politeísmo al Monoteismo y despues al...Ateísmo? Nihilismo???

    ReplyDelete